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Canarias vuelve a ser escaparate del drama migratorio mientras el Gobierno posa para la foto

Un cayuco llega a Canarias con menores entre sus ocupantes. Foto de Agencia EFE.

Veinticuatro horas después de que el Tribunal Supremo urgiera al Gobierno central a atender de manera inmediata a los menores solicitantes de asilo, la secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, visitó las instalaciones de Cruz Roja en el puerto de Arrecife, donde llegan los rescatados de pateras y neumáticas. Una visita de alto contenido simbólico y escaso alcance real, según fuentes del propio sector humanitario, que lamentan que «se repitan los gestos sin que lleguen las soluciones».

Mientras los centros de acogida continúan desbordados, con menores que duermen en condiciones precarias y sin recursos suficientes, el Ejecutivo se limita a exhibir presencia institucional y fotografías ‘para la galería’. Canarias, que soporta el 90 % del flujo migratorio irregular hacia España, sigue esperando un plan estatal efectivo, solidario y estable, que reparta la carga entre comunidades y ofrezca una respuesta humanitaria y jurídica a la altura del desafío.

La visita de Cancela, acompañada de responsables autonómicos y de Cruz Roja, se desarrolló sin anuncios concretos de refuerzo de medios ni de redistribución de menores. En palabras de un voluntario consultado por La Gaceta de Canarias: «Nos visitan, nos escuchan y se marchan. Pero la realidad no cambia: los chicos siguen aquí, sin futuro y sin soluciones».

El Gobierno promete estudiar nuevas vías de coordinación, pero mientras tanto Canarias continúa sola ante la mayor crisis migratoria de la última década.