Como cada final de octubre, la víspera del Día de Todos los Santos y del Día de los Difuntos se traduce en un notable repunte en la venta de flores en todo el Archipiélago. Floristerías y puestos instalados junto a los cementerios viven estos días una intensa actividad, con numerosas familias que se acercan a embellecer las tumbas de sus seres queridos.
Las rosas, los crisantemos y los claveles continúan entre las opciones preferidas, aunque cada vez ganan terreno los arreglos personalizados y las composiciones naturales. Para muchos floristas, esta es la campaña más importante del año, en la que las ventas pueden llegar a duplicar las de un fin de semana corriente.
La costumbre de llevar flores al camposanto sigue muy arraigada en Canarias, como una forma de rendir homenaje y mantener viva la memoria de quienes ya no están. Cada 1 de noviembre, los cementerios del Archipiélago se llenan de color y de gestos de cariño que reafirman esta tradición.