La exministra y actual alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, no logra revertir la crisis de limpieza que asfixia a la capital. Tras meses de denuncias vecinales, calles saturadas de residuos y una ciudad en estado de abandono, el Ayuntamiento promete un nuevo contrato millonario para resolver el caos… pero el plan ya nace entre la desconfianza y el riesgo de impugnaciones.
Fuentes municipales reconocen que el pliego técnico del futuro contrato —valorado en 493 millones de euros para ocho años— podría convertirse en un campo minado jurídico, susceptible de ser recurrido tantas veces como licitadores se presenten, debido a su complejidad y posibles errores de redacción. Mientras tanto, la ciudad sigue bajo un contrato caducado desde 2018, funcionando a base de parches y contratos de emergencia que cuestan millones al mes sin limpiar la imagen de una capital que se degrada a ojos vista.
Darias, que llegó a la Alcaldía prometiendo orden, transparencia y eficacia, enfrenta ahora su mayor desafío político y de gestión: una ciudad convertida en vertedero, vecinos indignados y un futuro contrato que puede quedar empantanado en los tribunales antes de estrenarse.
La basura se acumula, la paciencia se agota y Las Palmas sigue esperando la limpieza prometida.