Gran Canaria vive uno de sus días más tensos del año. El vertido que desde hace semanas contamina el litoral no solo ha obligado al cierre de hasta 17 playas, sino que ha provocado la muerte masiva de peces en las piscifactorías de la zona, un episodio que ha disparado la alarma social y que sigue sin una explicación clara por parte de las administraciones.
Hoy, la indignación se desbordó: cientos de vecinos marcharon por Melenara y Salinetas, exigiendo respuestas y denunciando la opacidad institucional. “Esto es un abuso, nos están ocultando algo”, gritaban mientras señalaban las manchas persistentes en el agua y el olor que muchos describen como “irrespirable”.
Los bañistas afectados hablan de irritaciones, diarreas y molestias tras entrar al mar, mientras la Fiscalía mantiene abierta una investigación para aclarar el origen del vertido y por qué han aparecido toneladas de peces muertos en instalaciones acuícolas cercanas.
“El mar está enfermo y nadie responde”, lamentan los vecinos.
La costa sigue cerrada, la contaminación continúa y la población ya ha dejado claro que no piensa soportar más silencio.
