El lanzamiento de la edición digital de La Gaceta de Canarias representa un hito en el camino de un proyecto mediático que no surge de la nada, sino que se apoya en una experiencia periodística y empresarial ya consolidada: la de Radio Marca Tenerife. Les confesaré que para mí no es un paso extraño ni mucho menos forzado, porque llevo casi una década colaborando con esta casa y sé bien de qué materiales está hecha. Aquí me siento cómodo, como quien regresa a un lugar conocido donde se reconocen las voces, los gestos y las complicidades que se han ido tejiendo con los años. Celebro ahora el día que Iván Bonales me llamó para comentar los partidos del CD Tenerife, tanto como celebro el día que le comenté mi loca idea de hacer un programa de información generalista en la franja de la mañana, que hoy suma su séptima temporada y responde al nombre de Despierta Canarias. Vaya por ello mi homenaje a las personas que lo hicieron posible, y en especial a las que ya no están entre nosotros, como nuestro querido amigo Santiago Negrín. Su identificativo silbo gomero será nuestra referencia siempre.
Ahora toca hablar sobre los proyectos que surgen a partir de otros proyectos. Un medio de comunicación no es solo una estructura organizativa ni un escaparate de noticias: es también, en cierto sentido, una familia. Como en cualquier actividad colectiva, se disfruta más cuando te sientes parte de algo. Y como en toda familia, hay espacio para las diferentes visiones, las discrepancias razonables y las conversaciones que nos enriquecen, siempre que estén guiadas por el respeto; en primer lugar, a los hechos, y luego a una interpretación de estos que está acompañada por ese ingrediente infalible llamado honestidad intelectual. Sin este requisito es imposible el periodismo.
La pluralidad interna no es una concesión, ni una pose de marketing; es una virtud me temo que poco frecuente que debemos cuidar con esmero, porque sin diversidad no hay verdadero periodismo, sino simple repetición de consignas. Y esto tiene que ver, por supuesto, con la necesaria pluralidad de enfoques en todo el ecosistema mediático, una condición necesaria en una sociedad democrática. Pero quizá se habla menos sobre la aplicación de ese principio a los medios en su funcionamiento interno. Creo que un humilde pero sólido camino hemos abierto con esa filosofía en Radio Marca Tenerife, a través de sus espacios deportivos y de información generalista, también de sus colaboradores, que son gente, por encima de todo, muy original. Esto se debe al esfuerzo de todos y todas, personas que pensamos distinto y nos expresamos como somos. Y esto de nuevo hay que agradecérselo a Iván, que es un timonel un tanto ácrata que nos ha ofrecido esta casa como lo que es: un espacio de libertad de pensamiento sin trampa ni cartón. Es lo que se propone ser ahora este periódico digital que, en su punto de partida, hace suyo el nombre de una cabecera histórica en las Islas.
Con esta convicción nace la edición digital de La Gaceta de Canarias. Queremos sumarnos a la conversación coral de la información y la opinión sobre la actualidad de nuestras atribuladas islas, aportando rigor, haciendo preguntas que a veces puedan resultar incómodas y buscando respuestas que consideramos necesarias. Porque, al fin y al cabo, eso es lo que distingue a nuestro oficio: la capacidad de interrogar a la realidad sin aceptar las versiones fáciles, de ofrecer contexto frente al ruido, de iluminar los matices que quedan ocultos en el vértigo de la inmediatez. No es una tarea fácil, pero les aseguro que es gratificante.
Vivimos unos tiempos en los que la información circula a una velocidad vertiginosa y en el que la opinión, tantas veces confundida con el griterío, amenaza con desplazar al análisis sosegado de los acontecimientos, las propuestas y las ideas. Este periódico reivindica, siempre desde la humildad compatible con la ambición, el valor del periodismo como tarea de servicio público, aunque se ejerza desde la iniciativa privada y por personas que creen en la fuerza de la sociedad como eje vertebrador de la democracia. No se trata de pontificar ni de ser notarios mudos de lo que ocurre, sino de asumir la responsabilidad de escuchar, investigar y relatar con honestidad. No es poca cosa.
Bajo esa premisa, La Gaceta de Canarias aspira a ser un espacio en el que la sociedad de Canarias se vea reflejada y reconocida. Nuestro objetivo es sencillo y ambicioso a la vez: estar presentes en la vida de las Islas, acompañando a la ciudadanía en la construcción de un relato compartido sobre lo que somos y lo que queremos y podemos ser. Con ilusión, con experiencia acumulada y con la certeza de que la pluralidad es nuestra carta de presentación, nos ponemos en marcha. Queremos sumar voces, enriquecer la conversación y seguir siendo, ante todo, periodistas ejerciendo su oficio. Y, como ocurre en cualquier actividad humana, el movimiento se demuestra andando. Están convocados.
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