La comunidad, 3ª con más agresiones y un 70% con ansiedad
El sindicato ANPE lanzó este miércoles su aviso más contundente hasta la fecha: Canarias se ha convertido en uno de los territorios más hostiles para ejercer la docencia. El portavoz del Defensor del Profesor, Pedro Crespo, presentó el informe del curso 2024-2025, que sitúa al Archipiélago como la 3ª comunidad con más casos de violencia hacia los docentes y registra 171 denuncias, una cifra que Crespo calificó como “inaceptable y vergonzosa para un sistema educativo que presume de calidad”.
El sindicalista fue especialmente duro al describir la situación: “Los docentes están al límite. Nada justifica que un profesor acabe con ansiedad por intentar dar clase. Y aquí hablamos del 70% de los casos atendidos”, advirtió.
Crespo denunció que muchos centros viven “una convivencia deteriorada, con amenazas normalizadas y episodios de violencia que ya no sorprenden a nadie”. ANPE reclama protección real, apoyo psicológico inmediato y protocolos que “no se queden en el papel”.
“Si no actuamos ya, este problema va a explotar”, alertó Crespo, pidiendo a la Consejería de Educación medidas urgentes y contundentes.
LAS AGRESIONES QUE SUFREN LOS DOCENTES
Insultos y humillaciones
Son la forma más frecuente de violencia. ANPE señala que muchos profesores reciben descalificaciones constantes en clase, lo que erosiona su autoridad y deteriora la convivencia.
Amenazas directas
Crespo advierte de un aumento preocupante de advertencias intimidatorias tanto de alumnos como de familias. “Hay docentes que tienen miedo real a entrar en clase”, afirma.
Violencia física
Aunque menos común, sigue presente. Comprende empujones, objetos lanzados y agresiones en pasillos o en patios. ANPE considera intolerable que aún existan casos así.
Acoso en redes sociales
El entorno digital se ha convertido en una extensión del aula. Profesores expuestos a burlas, difamaciones y grabaciones sin permiso.
Presión de familias
Crespo denuncia que algunas familias ejercen “violencia administrativa”, usando quejas, escritos y amenazas de denuncias para presionar a los docentes.
Consecuencias psicológicas
El 70% de los docentes atendidos presenta ansiedad; otros reportan insomnio, estrés continuado y sensación de desamparo institucional.