Canarias se consolida como enclave geopolítico clave tras la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que respalda el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental. La proximidad del Archipiélago —a menos de 100 kilómetros del territorio saharaui— lo convierte en el territorio europeo más cercano a la zona en disputa.
La medida redefine los equilibrios regionales y obliga a las islas a reforzar su mirada hacia el sur, donde se concentran sus principales intereses estratégicos, comerciales y de seguridad.
Los puertos de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife podrían beneficiarse de una mayor estabilidad en la región con la reactivación de rutas comerciales y nuevas inversiones en sectores logísticos, pesqueros y energéticos.
No obstante, una eventual escalada de tensiones entre Marruecos y Argelia o un endurecimiento de la postura del Frente Polisario podría afectar la seguridad marítima y los flujos migratorios hacia las islas.