El CD Tenerife perdió su encuentro, en el Heliodoro Rodríguez frente a Bilbao Atlético, que era penúltimo cuando empezó la jornada, y que sirvió para que volvieran los fantasmas de saber si vamos a llegar con fuerza al final de esta temporada y con ganas de volver al fútbol profesional, aunque este término no sabe uno si sigue vigente. Perdimos y no se volvió a marcar; es lógico que vuelvan las dudas del respetable. Nadie nos puede asegurar que seamos invencibles, pero lo del sábado, generando pocas ocasiones y asfixiando al Tenerife en su juego, hace que el más pintado dude, por muy tinerfeñista que se sienta.
Y hoy comienza el confinamiento de las gallinas en las granjas, que aquí en Canarias afecta únicamente al municipio de Pájara, en Fuerteventura, por su condición de área de paso y concentración de aves migratorias. Pero claro, los comederos y bebederos se trasladarán al interior de esas instalaciones y eso repercutirá en el precio de los huevos, que podrá la docena de huevos en un precio insamible.
El Ejecutivo autonómico, que este viernes había trasladado información errónea respecto al alcance de la medida, rectifica y explica que, aunque no tienen carácter obligatorio, se mantienen las recomendaciones preventivas trasladadas al sector hace meses para que las aves de cría al aire libre de todo el territorio canario permanezcan en espacios interiores. Y esto va a repercutir en el precio del pincho de tortilla, seguramente.
El otro día me asusté un poco cuando le oí a una camarera decir que no se puede mantener el precio de un pincho de tortilla, que en algunos sitios ya es de 3,50 euros, porque eso es del año pasado, y remachó diciendo eso de que la situación "ya no es asumible". El motivo principal es que el coste de los huevos ha subido como un 36 % en unos dos meses, a lo que se suma el encarecimiento de las patatas. El impacto en la hostelería es solo un reflejo de una realidad que afecta a todos los hogares. Según datos de la OCU, los huevos cuestan el doble que hace seis meses y un 110 % más que hace cinco años. Y si a esto le sumamos lo del cierre de las granjas desde hoy, ya tenemos el cóctel perfecto para esa subida. Hay que tener en cuenta que, en España, entre enero y octubre, se han localizado 14 focos de gripe aviar en aves de corral, con un total de 74.500 animales afectados. El sacrificio de esas aves afecta al monto total.
Y fue un asunto que todos los medios reflejaron ayer domingo. Tres personas resultaron muertas y quince heridas durante el fuerte oleaje en Tenerife. Una cifra que nos debería hacer una llamada a la reflexión. ¿Qué está pasando? ¿Ya no se atienden las banderas rojas de peligro? ¿Lo ponemos todo en riesgo para una simple foto o selfi?
Murieron una holandesa de 79 años en el Puerto de la Cruz, otro vecino de La Orotava al caer al agua en La Guancha y otro en Granadilla, además de otros seis afectados que fueron arrastrados por un golpe de mar en la zona de Anaga, de forma concreta en el Roque de las Bodegas en Santa Cruz de Tenerife. Donde tuvieron que emplearse a fondo personal del helicóptero del Servicio de Urgencias Canario y de varias ambulancias, que fueron los que atendieron a las seis personas arrastradas por un golpe de mar en el Roque de las Bodegas. Todos ellos eran turistas de nacionalidad francesa. Todo apunta a que en todos los casos hubo una imprudencia seria por parte de los protagonistas. De hecho, las fuentes consultadas confirmaron que, en el episodio registrado en el litoral de Anaga, los turistas afectados se saltaron un balizamiento preventivo que había en el enclave. No le hacemos caso a nada y esto pone en peligro a los que intentan salvar.
Esta semana hemos hablado también de la exculpación o no de Ángel Víctor Torres, actual ministro de Política Territorial y Memoria Democrática y expresidente del Gobierno canario.
Unos dicen que, los ahora golfos, tenían agendas estaban repletas de contactos, y otros que se les pagaba sin muchas comprobaciones. El ministro Torres fue llamado tres veces por el PP al Senado y una más a la comisión de investigación del Parlamento canario, y ahora lo demandan por mentir en sede parlamentaria, fundamentalmente porque ha mantenido versiones similares y estas se han visto contradichas por el informe de la UCO que afirma todo lo contrario.
El ahora ministro Torres y antes presidente del Gobierno canario no ordenaba los pagos, pero sí presionaba para que se realizaran de forma inmediata cuando los funcionarios estaban poniendo pegas porque no todo parecía estar en regla.
El Gobierno canario fue el más generoso con una empresa que hoy está bajo investigación por fraude. Quienes pagamos con nuestro dinero esas mascarillas inútiles merecemos al menos una explicación que no suene a evasiva.
Porque ya no hablamos de una compra equivocada, sino de una trama, de la que supimos después, en la que aparecen nombres y decisiones difíciles de justificar. Todo eso ocurrió mientras se nos pedía responsabilidad y sacrificio. Mientras el personal sanitario se protegía como podía y los ciudadanos esperaban transparencia. Lo que no esperábamos era descubrir, tiempo después, que la urgencia fue la excusa y el negocio, la prioridad.
Unos dirán que se actuó con urgencia, otros que se actuó sin control. Y puede que los dos estén en lo cierto. Lo importante ahora no es señalar, sino aclarar, porque las sombras no desaparecen con declaraciones, sino con luz. Y en este caso, todavía falta bastante por encender.
También hemos habado de que Junts ya no está con el Gobierno, que rompió todos los puentes, entonces, ¿por qué razón, después de estas palabras de Míriam Nogueras, Moncloa se empeñó ayer en reafirmar que el Gobierno presentará un proyecto de cuentas del Reino al Parlamento?
Solo hay una respuesta: sería un ejercicio de propaganda electoral destinado a justificar la apelación anticipada a las urnas. El reciente anuncio de subida plurianual a los funcionarios y los últimos datos macroeconómicos pavimentan ese atajo.
Así que, entre goles que no llegan, gallinas confinadas, mareas que se tragan a los imprudentes y políticos que siempre encuentran una excusa, seguimos jugando este peculiar campeonato en el que nadie gana.
Así que, resumiendo: perdimos con el Bilbao Athletic, se encarecen los huevos, el mar se cobra vidas por imprudencia, el ministro Torres sigue sin dar explicaciones claras, Junts rompe con el Gobierno… y nosotros, como siempre, mirando al tendido.
Porque en este país, lo mismo da un gol mal encajado que una factura mal pagada, siempre hay quien dice que “no pasa nada”.
Y pasa. Lo malo es que aquí no se juega por puntos, sino por paciencia. Y esa, amigos, ya no nos sobra. Quizá lo que nos hace falta no es tanto que el Tenerife marque un gol, sino que el país entero deje de metérselos en propia puerta.
