Días de montaña rusa en los mercados internacionales donde se han compaginado fuertes bajadas, con un posterior rebote que ha calmado algo la situación.
El motivo lo encontramos en que cada vez hay más expectativas de que el banco central de Estados Unidos, la Reserva Federal, pueda bajar los tipos de interés en su reunión del 10 de diciembre.
¿Y eso que significa para mí?
Pues que pedir dinero prestado sería más barato tanto para las empresas como para las familias, lo que repercute inmediatamente en factores como las hipotecas, inversiones, etc., ya que todo se mueve más cuando el coste del dinero baja, y como los mercados viven de expectativas, solo con la posibilidad de que pueda ocurrir, pues ya se han relajado un poco los ánimos.
No obstante, debemos de tener mucho cuidado, ya que cuando el precio del dinero baja, los precios suelen subir, y no estamos para nada en condiciones de que esta tendencia pueda seguir manteniéndose en el tiempo.
En Europa y en España las cosas podemos afirmar que evolucionan “decentemente”. No estamos para tirar cohetes, pero evolucionamos posiblemente mejor de lo que se esperaba a principios de año.
La economía española está creciendo un poquito más de lo calculado gracias al consumo, que sigue aguantando y al turismo, que este año ha sido muy fuerte.
Ese pequeño empujón ha hecho que organismos internacionales mejoren las previsiones para nuestro país. No obstante habrá que estar muy atentos a la inestabilidad política en la que nos encontramos y a la que se avecina, dado que se puede convertir en una importante amenaza para la estabilidad económica.
Y si miramos a Canarias, el turismo vuelve a ser el gran protagonista. 2025 está siendo un año de muchísima actividad en hoteles, restaurantes y comercios ligados al visitante. Ahora comienza nuestra temporada alta de turismo internacional, por lo que habrá que estar muy expectante para ver cómo evoluciona.
Y hablando de comercio, llega el Black Friday y luego el Cyber Monday, si es que no han llegado ya desde hace más de una semana. Las tiendas están calentando motores y se espera una campaña potente. Muchas personas van a aprovechar para adelantar los regalos de Navidad y buscar buenos precios, aunque debemos de recordar que no todo lo que reluce es oro.
¿Lo positivo? Que podemos encontrar ofertas interesantes y los comercios hacen caja.
¿Lo no tan positivo? Que algunas tiendas tienen que ajustar muchísimo los precios y ganan menos por cada venta… y que el volumen de envíos y devoluciones se dispara.
Además, parte del gasto de diciembre se adelanta a noviembre, lo cual deja un mes navideño algo más flojo en ventas.
Una vez que pase este fin de semanas de “locura comercial”, debería de llegar dentro de unos días otra “tradición económica como es el “El Rally de Papa Noel”, momento en el que las bolsas acostumbran a subir debido a que la gente suele estar de mejor humor, por lo que compran más acciones, los fondos de inversión ajustan sus cuentas antes de que termine el año comprando acciones, muchas personas reciben bonos o aguinaldos y pagas extraordinarias que utilizan en parte para invertir, etc.
Se podría decir que es un empujoncito navideño que hace que las bolsas suban un poco por la temporada, más por la alegría del momento que por cambios reales en las empresas
¿Lo viviremos este año? Pues dependerá básicamente de si la Reserva Federal confirma la bajada de tipos en su reunión del próximo día 10 de diciembre, y de que no vivamos nuevos sustos internacionales.
Las condiciones actuales en principio son favorables para ello, pero en el incierto mundo en el que vivimos, no hay nada garantizado ni podemos dar nada por hecho.
Además, influirá mucho la evolución de una inflación que sigue preocupando mucho ya que no se logra controlar.
Sobre la guerra en Ucrania, en los últimos días han aparecido movimientos diplomáticos, señales tímidas de que podrían abrirse conversaciones.
No es un final inmediato, ni mucho menos, pero cualquier avance en ese frente tendría efectos importantes para la energía y para la estabilidad económica mundial en este tramo final del año.
Así que, mirando al cierre del año 2025, podemos decir que si los tipos bajan, el turismo continúa fuerte y la campaña del Black Friday y la Navidad responde, podríamos terminar el año con un tono moderadamente positivo, pero teniendo siempre en cuenta que queda camino por recorrer y muchos riesgos sobre la mesa.