Canarias alcanza un nuevo récord de población, con 2.268.035 habitantes, pero el crecimiento se apoya casi exclusivamente en la llegada de residentes extranjeros. Según los últimos datos del INE, en el último año se incorporaron 16.536 nuevos residentes nacidos fuera de España, mientras que la población nacida en las islas se redujo en 2.331 personas.
Cada mes desaparecen unos 200 canarios, y llegan alrededor de 1.400 nuevos extranjeros, lo que evidencia un cambio estructural en la composición social del Archipiélago.
Los expertos advierten que el fenómeno trasciende lo estadístico: sin políticas que fomenten la natalidad, el retorno del talento y la estabilidad económica, Canarias corre el riesgo de perder parte de su identidad demográfica y cultural.
El crecimiento ya no garantiza equilibrio. La población aumenta, pero la Canarias de los nacidos aquí se encoge, y con ella el sentimiento de pertenencia que durante décadas fue motor de cohesión y desarrollo.

En los últimos cinco años, Canarias ha ganado 30.700 habitantes, pero ha perdido unos 17.000 nacidos en las islas. El 25% de la población ya nació fuera de España, lo que sitúa al Archipiélago entre las regiones más diversas del país, junto a Baleares y Madrid.
Tenerife y Gran Canaria concentran el 81% de la población total, con fuerte empuje migratorio en el sur turístico. Fuerteventura y Lanzarote son las islas con mayor proporción de residentes extranjeros (más del 40%).