El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aprovechó su visita a Cataluña para lanzar un mensaje directo a Carles Puigdemont: “merecemos otra oportunidad para reconstruir la confianza”. El gesto llega en un momento crítico, después de que Junts congelara su apoyo parlamentario por incumplimientos de los acuerdos que facilitaron la investidura de 2023.
Sánchez admitió retrasos y errores en la ejecución de los compromisos, y aseguró estar dispuesto a retomar el diálogo “sin líneas rojas”, incluso a mantener una reunión con Puigdemont cuando existan las condiciones políticas y jurídicas necesarias. Su objetivo inmediato es recomponer la mayoría que permite al Gobierno avanzar en la legislatura.
Mientras, en Junts reciben las palabras con cautela: reconocen el giro de tono, pero recuerdan que la confianza “no se pide, se demuestra”. Para Puigdemont, el desbloqueo pasa por hechos verificables, no por gestos. La negociación sigue abierta y el equilibrio parlamentario, en el aire.