El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, protagonizó este lunes un acto en Extremadura en plena campaña regional donde defendió con firmeza la gestión del Ejecutivo ante la oleada de escándalos que afectan al PSOE, entre ellos casos de corrupción y denuncias de acoso sexual dentro del partido.
Sánchez, acompañado del candidato socialista a la presidencia de la Junta, Miguel Ángel Gallardo, afirmó que “gobernar es un honor y en un momento como este, mucho más”, y subrayó que “gobernar es dar la cara, estar en las duras y las maduras” frente a las críticas de la oposición.
Aunque reconoció que se han cometido errores, aseguró que el PSOE ha actuado con contundencia y transparencia ante las denuncias internas, y defendió los avances sociales del Ejecutivo, como mejoras en derechos y libertades para las mujeres.
El jefe del Ejecutivo descartó cualquier adelanto electoral pese a la presión política y la caída de apoyos, insistiendo en que “merece la pena gobernar” y en la importancia de mantener estabilidad hasta finalizar la legislatura.
El discurso de Sánchez busca contrarrestar la narrativa de la oposición, que ha intensificado sus críticas acusándolo de falta de liderazgo y responsabilidad ante los escándalos que han marcado la actualidad política reciente.
