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Sánchez y Antonio Hernando: de amigos íntimos a enemigos políticos… y hoy, asesor personal inseparable

La relación entre Pedro Sánchez y Antonio Hernando es una de las historias más intensas —y cambiantes— de la política socialista reciente. Fueron amigos y aliados desde sus inicios en el PSOE: Hernando se convirtió en su voz más fiel cuando Sánchez lo elevó a portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, un gesto que lo situó como su mano derecha en los días más turbulentos del partido.

Pero la crisis interna de 2016 los rompió. Hernando se alineó con la gestora que forzó la salida de Sánchez, y aquel movimiento fue interpretado como una traición. Pasaron a ser enemigos políticos, distantes y con un silencio frío entre ambos.

Sin embargo, el guion volvió a girar. Sánchez regresó a Ferraz y, lejos de apartarlo, recuperó a Hernando primero para su gabinete y luego para un cargo clave en el Gobierno. Hoy, vuelve a ser una figura de absoluta proximidad: un asesor personal prácticamente inseparable, pieza estratégica en las decisiones internas del sanchismo.